ME SOBREPONGO
Caí del alto precipicio con los brazos atados,
Fiero soplo del viento en ave me tornó.
Cumplí en la noche el más cruento castigo,
Sin saber que el villano era mi propio amigo.
Crono le dijo a Eolo, que me llevara lejos,
A un lugar donde suelen viajar los moribundos.
Alumbrome la luna con pálidos reflejos,
Sobre un peñón herido mi cuerpo descansaba.
Me levanté con prisa al llegar la mañana,
Y mi herida mortal ya estaba sana.
César Frómeta