SEA POR TI EL DESORDEN
y el nácar en la lengua. No
la urgencia rebelde
que nos cerca y nos olvida. Deja
que tu piel sea lentisco,
sea jara y romero.
Sea tomillo, sea palabras
y sea memoria. Deja
que este febrero tan frío
sea milagro,
como nido, como deseo.
Que el impudor nos acose.
Sepa a noches. Sepa a mirra.
Que tu boca como uvas.
Y levadura tu cuerpo
Felipe Sérvulo
Incluido en Hasta el límite de las violetas. Editorial La Mano en el Cajón. Barcelona, 1995