DEL AMOR Y DEL SILENCIO
Un segundo la miré sin decir nada.
Al minuto de mirarla habló el amor.
Una hora después ya no la miraba
ni ella me miraba a mí. Callamos los dos.
Callamos sin saber qué se ocultaba,
en los besos insolentes del reloj.
Después nos despedimos. Hasta mañana,
me dijo, nada le dije, ella calló.
Calló porque quería que otra vez le hablara.
Nada puedo decirte, le dije yo.
Un segundo la miré sin decir nada.
Al minuto de mirarla habló el amor.
Dime entonces si me quieres, compañera.
Brotaron sus lágrimas. Ella calló.
Una hora después ya no la miraba
ni ella me miraba a mí. Callamos los dos.
Juan Miguel Melgar Becerra