Nadie puede acusarme de jesuita
o de seminarista intonso arrepentido
y tu en cambio que has sido el protegido
de un cierto sacerdote sibarita
te has creído salvaje manabita
que puedes darme públicos reproches
yo sabía, macaco, en tu garita
se han dado con frecuencia esos soroches
No trates de entender filosofía
y quédate en tu necia cofradía
fiel refugio de ilustres pelagatos
Sigue sodomizando monaguillos
a cambio de licor y cigarrillos
y vuelve, zapatero, a tus zapatos!
Julio Escobar