A París, una ciudad que no existe
Al individuo con sus correas ásperas
Berlín mi capital destartalada
De repente el olor de las mimosas
Desde hace días han desaparecido
EL ESPLENDOR DE LA METAMORFOSIS
El tumor le deformaba el vientre
Gruesa, gruesa la lengua de ceniza.
Has ganado la punta de maldad que necesitan los buenos
Hay otra forma de hacer las cosas
He vivido en la superficie de las cosas
La esperanza ya ausente de un rostro libre
La posguerra por ejemplo en Grecia
Los dedos de los muertos me dibujan
Los hay que mueren de silencio
Me expongo a ti como si fueras lluvia
Mientras los escolares de Berlín Oeste
No dejes nunca de desconfiar de las instituciones
Nunca, jamás me vuelva a decir nadie
Por las mañanas, recién despierto
Por una diagonal sin esperanzas
UN VESTIDO AZUL PARA UNOS HOMBROS DELGADOS
(Y perdona que alargue un momento más la prédica
Y te digo una cosa más: donde encuentres la raíz de una verdad