PAZ1
La materna sombrilla de los pinos
entre las rojas flechas de febrero
y mis hombros lucientes; ah, qué finos,
los pañuelos del aire del acero.
El agua se ha llenado de espejitos.
Todo, sobre la tierra, centellea.
¡La bulliciosa tierra de los gritos,
el mordisco, la zarpa y la pelea!
Pero tú dulcificas la batalla,
como un ángel sin alas y sin malla,
espléndido, de brazos poderosos.
Hasta el viento se vuelve de azucenas
y hasta las fieras me parecen buenas,
si tercias en la riña de los osos.
Juana de Ibarbourou
1 También titulado EL ÁNGEL.