DOWN
«quien escriba su historia heredará la tierra del verbo, suyo será el significado total».
MAHMUD DARWIX
este poema está dedicado a elena castillo
elena tiene una hija con el síndrome
de down:
mongólica, vaya.
es el ser que más quiero en este mundo,
pero te juro que a veces llega a agotarme.
hasta hace un año o dos
era insoportable, hiperactiva...
tirándolo todo,
rompiéndolo todo,
poniéndose en peligro ella...
llamando a gritos la mitad del tiempo...
y pegándome,
tirándome del pelo,
pellizcándome,
escupiéndome la comida encima,
entorpeciendo todo lo que le hacía:
vestirla,
lavarla,
cambiarla,
darle de comer...
ensuciándose adrede
y haciendo cochinadas que ni te cuento...
mi madre decía:
esto no puede ser, esta niña está endemoniada...
mis amigos no comprendían por qué no la tiraba por la
ventana...
la gente decía que la culpa era mía por consentirle demasiado...
la psicóloga del colegio pensaba
que la culpa la tenía yo por no prestarle la suficiente atención,
y hasta hizo correr la voz de que la maltrataba.
¿y su padre? porque tendría un padre, ¿no?
él pasaba de todo,
seguía con su vida de siempre:
saliendo mucho,
gastando mucho,
a su aire,
fingiendo no darse cuenta de las necesidades de eva
ni de mi agotamiento,
que yo entonces no daba más que
para dormirme encima de las sillas
cuando tenía un momento libre...
y él tan contento y feliz
pensando que ese era mi estado natural...
daba igual que tuviese fiebre
o la pierna rota
o amenazas de aborto...
¿y se cumplieron?
¿el qué?
las amenazas de aborto.
sí, tuve seis...
pero ya te digo:
perdí incluso el derecho a ponerme enferma.
podía darme de baja en el trabajo, pero en lo otro
no...
creo que las broncas entre su padre y yo la afectaron negativa
mente.
es hipersensible...
y mi tristeza de entonces, mi falta de ánimo...
yo lo hacía todo, trataba de atenderla bien,
pero me faltaba alegría.
creo que lo mejor que hice fue cogerla y marcharme de casa.
¿y ahora qué? ¿cómo lo llevas?
hombre, esto ya no es lo que era, afortunadamente.
ya tiene ocho años
y es más autónoma
y a medida que se va dando cuenta de las cosas
y que comprende las situaciones
y que encuentra recursos para entretenerse sola,
se empieza a comportar mejor.
cada día que pasa se puede razonar más con ella,
negociar.
se expresa mejor,
y se va volviendo más dulce, más mimosa...
la gente ya empieza a decirme que es un cielo.
ahora creo que lo he hecho bastante bien
como madre.
pero sigue exigiendo mucha atención.
y, además, no quiero desaprovechar sus posibilidades.
ya lee bastante bien,
y habla bien,
a ver si pronto aprender a escribir.
es muy bonita, ¿sabes?
nunca pensé que fuera a ser así.
pero está muy sola y me reclama.
normal, ¿no?
David González