DOLOR Y GUERRA
Escapaba un suspiro,
en aquella negra habitación,
mas dos cascadas derramadas,
creando en mi cara el dibujo del dolor.
Oía suspiros y llantos,
que escapan de la razón,
malditas guerras ensangrentadas,
que niegan a las almas,
el sentir del corazón.
De rodillas pedía,
a mi sagrado corazón,
Dios mío no me dejes,
no aguanto este dolor.
Corazones de hielo,
que no sienten ni el amor,
díganme ustedes,
porque sentir tanta humillación
no más sangre,
no más violación,
han hecho de mi alma,
un rincón sin corazón.
Nunca más volverá a oír ni sentir,
ni gritos ni llantos,
que no me dejan vivir.
Ya no podré sonreír,
armas y cuchillos,
desgarraron mis sentidos
negándome todo consuelo,
a un inocente llevado al suicidio.
Me quité el alma,
negándome la vida,
para no ser así más testigo,
de tanta infamia.
Sujeté mi cuerpo, y encomendé mi vida, aquí tenéis
poderosos, lo que andabais buscando, coged cobardes
mi vida.
Rosalía Vergara Medina