En un rincón de mis pensamientos
Entre el mar de las saudades y
El mar de la tranquilidad,
Existe una isla donde el tiempo no llega.
Es una isla hecha de palabras bonitas,
De muchos adjetivos y de pocos verbos.
Permanece varada, esperando mi regreso
Una y otra vez,
Serena, impasible, indestructible, incontaminada.
Es el centro de mi mundo,
El punto fijo por donde se mide
Mi tiempo, mi espacio, mi yo.
En verano las montañas corren hacia el mar
Desde el cielo seco y tembloroso.
El olor a trigo y piedra asfixia el
Solitario pueblo de casas pequeñas y blancas.
Por un tortuoso sendero,
En la entrada del pueblo,
Justo después de la plaza de un solo árbol
(un olivo)
se llega, descendiendo por la ladera,
al único puerto de la isla,
en donde hay una solitaria pequeña barca azul
en donde caben cientos de personas
pero que sólo uso yo.
Pablo Ruoppolo