NUNCA
Ya nunca oiré la voz
de alguien joven diciendo para mí, también joven,
las palabras aquellas que escuché algunas veces
mientras duró la juventud, acaso
las únicas palabras que merezcan oírse:
«Amor mío, amor mío». Labios trémulos
las pronunciaban. Sé que es imposible
que ese tiempo regrese y que yo vuelva a oírlas (1)
con estremecimiento como entonces.
Lo sé, lo sé muy bien. Y qué terrible
resulta esta verdad tan sin remedio,
esta miseria absurda y para siempre.
Eloy Sánchez Rosillo
Notas de la edición de «Las cosas como fueron: Poesía completa, 1974-2017»:
(1) Se sustituye
«vuelva a oírlas»
por
«las escuche».